viernes, 24 de junio de 2011

FAC no se identifica con el término "centro-derecha",

El partido de Cascos rehúye la identificación con el espectro ideológico del PP y defiende pactos «asimétricos», distintos en cada lugar








La junta directiva de Foro, reunida ayer. / luisma murias
La junta directiva de Foro, reunida ayer. / luisma murias 
OVIEDO, JOSÉ A. ORDÓÑEZ «No nos diga eso de centro-derecha. Nosotros somos otra cosa». Ésta fue la respuesta del diputado casquista Pelayo Roces al parlamentario popular Joaquín Aréstegui cuando éste, en una de las infructuosas reuniones previas al Pleno de constitución de la Junta General, le planteó la conveniencia de llegar a acuerdos entre formaciones asturianas de centro-derecha.

¿Qué «otra cosa» es Foro Asturias (FAC)? Pese a la trayectoria política de su líder, Francisco Álvarez-Cascos, y a que gran parte de sus cargos y afiliados provienen de las filas del PP, incluso del ala más dura, Foro se coloca por encima de la tradicional división política entre izquierda y derecha y hasta reniega de esta última. Lo suyo, en palabras del propio Francisco Álvarez-Cascos, es una «transversalidad cívica» en la que tienen cabida asturianos de cualquier ideología unidos por el objetivo común de cambiar el rumbo de la región. De paso, FAC también se abre a cuantos aboguen por regenerar una actividad política que el ex ministro identifica -al menos así lo hizo durante la anterior legislatura- con una caterva de apoltronados que se habrían repartido el poder en la región basándose en lo que él mismo denomina «pacto de La Zoreda». Los casquistas presumen de que Foro nació de un «impulso cívico» de «ciudadanos libres y críticos», y rechazan que se les considere una mera escisión del PP, pese a que fue en el caladero popular donde pescaron mayor número de apoyos.

El mensaje de la transversalidad política caló, no obstante, en algunos sectores de la izquierda. Uno de cada cuatro votantes de IU en las municipales se decantó por la opción casquista para las autonómicas. Ahí está una de las grandes claves del éxito de Foro en los comicios.

La misma noche electoral, y también con el argumento de la transversalidad, Cascos hizo un llamamiento a sus «paisanos de cualquier ideología»: «Con los matices que cada uno quiera aportar, y con la generosidad de todos, pactemos unos compromisos fundamentales, que son los del respeto a la dignidad de las personas -empleo, salario digno, educación, vivienda, sanidad, transparencia- y, después, a partir de ese consenso básico, cada uno aporte al debate sus propias ideas o la legitimidad democrática de quienes son sus representados». Nada que no pudiera firmar un votante de cualquier partido.

Frente a los que esperaban un acuerdo rápido con el PP, algo que no se ha producido cuando ya ha pasado un mes de las elecciones, Foro se abrió al diálogo y al acuerdo «sin exclusiones» con todas las fuerzas políticas con representación en la Junta, sin socios prioritarios ni naturales en la derecha y sin hacer ascos, al menos en público, a la izquierda. Y aún más. En sintonía con la declaración electoral, les emplazó a unirse a una versión asturiana de los pactos de la Moncloa, que fueron firmados a nivel nacional por la fuerzas democráticas en plena transición.

Asturias y los asturianos por encima de todo. Por encima de partidos y de ideologías, dice la doctrina de la transversalidad forista, que le permite negociar y pactar con todos, pero desde la «asimetría»: lo que vale en un municipio, no tiene por qué valer en otro ni en el Principado.

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